Pasó algun tiempo, cada día que pasaba se me hacía mas fácil superar el hecho y la culpa. Por mi desatención casi mato a mi hermano, casi me mato yo, nos quedamos sin carro y Ainoa perdió un día de clases. A lo largo del tiempo me he dado cuenta que cuando uno sobrevive a una desgracia, parte del precio que pagas por haber quedado vivo es el chalequeo de tus amigos. "Pablo, volteame el carro ahi, para poder cobrar el seguro" "Pablo, cuidado te volteas en esa bicicleta" "Pablo, monta un negocio de voltear carros viejos".
Seguí adelante, el dinero que pagó el seguro se lo entregué a mi hermano para que se comprara un Twingo, era lo mínimo que podía hacer, y bueno, yo seguí echandole pierna, con los churupitos que tenía ahorrado más otro poquito más me logré comprar mi segundo carrito. Que bello, otro Aveo, esta vez automático, color dorado, de placas FBL - 66L, aire acondicionado, huequito pal iPod, bello bello. Lo llevé a Mérida, Cuyagua, La Guaira, Rio Chico, era mi burrito, pa donde quería el me llevaba, incluso tenía un caimancito de juguete en el tablero que se llamaba "Croquis", mi carro y yo eramos uno sólo.
Como bien relaté en el precedente accidente, ahí no hubo alcohol involucrado, es decir, la lucidez era total, fue sólo un descuido y eso le pasa a cualquiera, ¿no? Y así, con mi carro nuevo y el razonamiento de "fue un accidente, eso le pasa a cualquiera" me fui olvidando poco a poco de tan terrible accidente.
Cursaba ya el 5to año de la carrera, (para quienes no lo saben, soy abogado egresado de la UCAB) y estábamos a un mes de terminar, todo era alegría, todo era felicidad, cualquier excusa era buena para beber, (alimentando un poco el mounstro que me había dominado hasta entonces) y aunado a eso, yo continuaba haciendo creppes a domicilio para ayudarme con mis gastos y colaborar un poco con la casa. Eventos de creppes iban y venían, el bolsillo se inflaba y la adrenalina de sentirte ya egresado de la Universidad multiplicaba cualquier sentimiento.
Caña, celebraciones, creppes, caña, alegría, universidad, caña... estaba viviendo una fantasía que sin darme cuenta sería la causante de mi mayor golpe, la vida me "jamaquearía" de forma inminente y yo no lo tenía en mis planes.
Un sábado del año 2009, luego de una semana full de todo eso que mencioné en el párrafo anterior, mi primita hermosa, mi debilidad, Amanda, haría su primera comunión un 13 de junio, todavía sonado de la noche anterior, me paré me bañe, me vestí y me fui a casa de mi niña adorada para la celebración, un traguito con la familia, otro traguito, bueno, dame uno más, ok, éste y me voy, porque hoy tambien cumple años mi amiga Andreina Lusinchi, (real amiga, colega de mi misma promoción en la UCAB).
¡Feliz cumpleaños, Andre! En la fiesta estaba todo el salón, que alegría, ¡¡¡nos graduamos, nos graduamos!!! Un traguito, dame otro, ¡Salud! ¡Salud!
3:15 am: "Yo me voy pa la casa, estoy muerto y tengo toda la semana trabajando y bebiendo, men, me tengo que ir" (Seguramente arrastraba las letras, estaba ebrio) Y así fue, agarre mi carro y me fui pal coño. En la salida de la autopista de Macaracuay agarré el celular y llamé a Luisfer: "Marico, llegué fino pa mi casa, todo bien"
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"Mierda, que vaina es esta" Me estrellé contra la isla de la Av. Principal de Macaracuay, a 3 cuadras de mi casa, el carro, por alguna razón se prendió en fuego y yo estaba adentro, buscando la manera entre tanto miedo, susto, sueño y alcohol de salir de ahí, me reconocieron unos vecinos, me ayudaron y salí, el resto es historia.
Hoy en día agradezco a Dios el haberme dado esa lección, hoy en día agradezco a Dios estar vivo y me di cuenta que mi misión en la tierra aún no termina. Considero realmente que el cambio en mi rumbo fue de 180° y mi estilo de vida sigue siendo enfocado a el disfrute, pero me di cuenta que el disfrute no está en arriesgarlo todo por una noche, por un momento, el disfrute está en hacer de ese momento, de esa noche, parte apreciada en los recuerdos de una larga y próspera vida y para eso no hay que reventarse la vida en caña, mucho menos si estas al volante y tu vida y la del resto depende de ello.
Me salvé otra vez, segundo embarque que les tiré para una cita en mi velorio, aprendí y crecí. Gracias a mi familia y mis amigos por el apoyo y gracias a quienes hoy me leen por disfrutarlo y tomar la siguiente sugerencia: Cuando sientas que tu vida está perfecta y que no hay nada ni nadie que pueda detenerte, detente tu mismo un segundo y trabaja tu arrogancia y tu ego.
Gracias a mi tío Gonzalo y a mi tío Memo, ellos saben por qué.
Pd 1: El chalequeo producto de sobrevivir a una desgracia se triplicó, ahora van dos veces, gracias a mis amigos por eso, en verdad lo disfruto.
Pd 2: Croquis, el caimancito, se murió quemado, se derritió con el calor :( QEPD
Pablo Roberto.
"Sr. García"